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Había una vez una gran selva en la que había muchas especies diferentes de animales. Esta selva era el hogar de animales grandes y pequeños de todo tipo, como elefantes, tigres, jaguares, leones, perros, gatos, pájaros, mariposas y muchos otros.

Los animales vivían una vida pacífica y armoniosa y pasaban sus días en plena libertad, disfrutando de la naturaleza y de la belleza de su selva.

Sin embargo, a pesar de ser un lugar tan hermoso, la selva estaba llena de misterios que nadie parecía entender. Los animales no sabían por qué el sol brillaba y la luna se ocultaba, por qué algunas plantas crecían y otras no, ni por qué había tantas mariposas y otros insectos en la selva.

Un día, uno de los animales más sabios de la selva, el viejo elefante, decidió intentar descubrir los grandes misterios de la selva. Así que, con la ayuda de sus amigos, comenzó una larga y emocionante aventura para descifrar los misterios de la selva.

El elefante recorrió la selva de un extremo a otro, preguntando a todos los animales sobre los misterios de la selva. A medida que avanzaba, los animales le contaban sus propias historias, explicándole el porqué de cada uno de los misterios de la selva.

El elefante fue escuchando atentamente todas las historias y fue descubriendo que, al final, todos los misterios se relacionaban entre sí. Descubrió que el sol brillaba para que las plantas y los animales pudieran crecer y vivir; que la luna se ocultaba para que los animales pudieran descansar y que las mariposas y los insectos eran necesarios para que la selva estuviera viva y floreciera.

Al final de su aventura, el elefante compartió todo lo que había aprendido con los demás animales de la selva. Cuando los animales escucharon la historia, quedaron asombrados de la gran sabiduría del elefante.

Los animales decidieron reunirse cada noche para que el elefante les contara cuentos e historias sobre los grandes misterios de la selva. Estas historias eran muy interesantes para los niños y niñas de la selva, ya que les ayudaban a entender mejor la naturaleza y a respetarla.

Así, gracias al cuentacuentos infantil del viejo elefante, los animales de la selva aprendieron a respetar los grandes misterios de la selva y a disfrutar de la naturaleza. Aprendieron a respetar los tesoros que la selva les ofrecía y a amar y cuidar este hermoso lugar.

Desde entonces, la selva sigue siendo un lugar mágico lleno de misterios y de belleza. Y los animales de la selva seguirán contando cuentos e historias para que los niños y niñas puedan descubrir los grandes misterios de la selva.